miércoles, 10 de octubre de 2012

¿La maternidad pesa?

Esa es la pregunta que me hago unas cuantas veces después de leer blogs de otras madres donde se quejan de la maternidad. Muchos blogs iniciados como manera de escape de el día a día con sus hijos, de la rutina y hablando de la pérdida que han sufrido tras tener a su bebé.

No se, la verdad que no lo entiendo. No es que diga que la maternidad es perfecta, por que sería dificil definir cual sería la perfección, pero creo que más bien  que el peso que pueda tener la maternidad tiene que ver con la realización y los conceptos preconcebidos que se tienen de ella.

Comenzando por verse como una mami de revista, donde la ropa de embarazo le sienta de fábula y pensar que no se subirá de peso o que los pies no se hincharan, ni que se tendrán ganas de ir al baño cada 10 minutos. 

Posiblemente muchas madres y padres se sienten frustrados al no poder seguir su mismo ritmo que tenían antes de la llegada de su hijo. Pero es algo ilógico el querer que la vida no se afecte cuando se tiene un ser que depende al principio al 100% de alguien para subsistir.

Los seres humanos somos de los mamíferos que más inmaduros nacemos, pues requerimos de nuestros padres para poder terminar de crecer. Diferente es el caso de algunos de 4 patas que al poco de nacer ya pueden hasta correr, pero como sabia la naturaleza es, permite que recién nacidos logren ser algo más independientes o más máduros por que si no nacieran así, sus probabilidades de sobrevida serían pocas.

El humano requiere de tanto cuidado, pues su desarrollo es incompleto cuando llega al mundo. Requiere que otros cubran sus necesidades, en lo que termina de desarrollarse. Y aunque parezca un proceso lento, la verdad es que pasa volando ante nuestros ojos.

 El bebito de una semana, al poquisimo tiempo ya tiene el mes, 2... comienza a interactuar, a seguirte con la mirada, a tener dientecillos, a sentarse, a balbucear, a gatear, a querer arrebatarte la comida, a incorporarse y pasar de sillón y sillón, a caminar, correr, decirte mamá o papá, a ir al cole, a no usar pañales, a conocer los números, los colores y las letras, a hacer sus primeros dibujos con sentido, a contar cuentos, a leer y pintar sus primeras letras, a.... a crecer a una velocidad vergitinosa que si uno no se para a disfrutarlo, se lo perderá.

Siento que la maternidad no lo anula a uno, sino que te enriquece y como tál hay que saborearlo.

Aunque no lo parezca, estos pequeños en menos de lo que canta un gallo, dejarán de necesitar a sus padres y se separaran, pués comenzarán a vivir su vida, ha hacer amigos, a pasear, a ir a casa de otros para hacer pijamadas, a salir de fiesta y a armar su propio destino.

Es por eso que yo me pregunto a mi misma... ¿De verdad quieres perderte estos minutos de estar con tu hijo?  Por lo menos mi respuesta es no, pues ya tendré tiempo después para hacerlo o mejor compartir con ellos esas escapadas.

Disfruto de cada momento con ellos, aun cuando me están tirando la casa entera, pues me encanta ver como aun con eso me escuchan, paran y me ayudan a recoger el despapaye que hicieron, o si de plano no hay poder humano de quitarle lo enojado, llegar, abrazarlos y no parar hasta que dejen de estarlo.

Con esto no quiero decir que no salimos ni nos vamos de fiesta, pues claro que lo hacemos, pero no se sale con ese sentimiento de .. "Soy libre" pues uno solamente lo siente cuando está atado o atrapado en algo. Hasta he de reconocer que el viaje que llegamos a hacer sin ellos cuando mi maridin se gano esa estancia en Mallorca, la verdad es que extrañamos tantisimo a los peques, que hubieramos deseado hasta el cansancio el que estuvieran con nosotros. Simplemente no contemplamos la vida sin ellos.

Y por eso mismo, y claramente desde mi forma de ver la vida, me resulta extraño el pensar que a alguien le puede pesar la maternidad. No se por que será y ojala no la vieran así, pues es como amargar un poquito algo que es dulce pero sin tirar a empalagoso.

O quizas ese es el punto.. hay gente que le gustan las cosas con sabor amargo, ácido o salado y destestan el dulce.

Aun recuerdo como en el trabajo me decian que como se notaba que disfrutaba de mi maternidad pero que para ellas era un asco, pues eso de estarse levantando por la madrugada, teniendo las tetas hinchadas y tener que cambiar pañales pues era mucho para ellas. Y la verdad es que pensaba..¿ pues que pensaba ella que le pasaría al tener un bebé??

Y ya para cerrar esta entrada. La maternidad no es una cama de rosas, hay que ser realistas, o más bien diria, hay que estudiarla, pues el saber que viene te hace enfrentar las cosas de mejor manera. No esperar un cuerpazo nada mas tener al bebé, ni no sufrir dolores después del parto. Tampoco esperar que nada cambie. Todo se lleva mucho mejor si de antemano sabes como es la subida de la leche y que hacer para que el pecho no moleste tanto, o que hacer para poder dormir un poco mejor aprovechando el colecho y que logres congeniarte con tu pequeño para que al mas minimo sonidito lo puedas poner al pecho y coma mientras siguen ambos recostados sin romper tanto el sueño.

Cada maternidad es diferente y si, es laboriosa. No pondría la palabra dificil, pues se me hace un calificativo que normalmente tira mas hacia el lado negativo. Perdón por no tener una maternidad que necesite un blog para desahogarme, pero no creaís que es debido a que miento y no cuento la verdad, sino simplemente para MI no es algo que me pese en lo más mínimo y yo creo que así como yo, habrá unas cuantas también y no por ello seamos unas super mamás.  Simplemente la maternidad NO NOS PESA.